viernes, 20 de noviembre de 2009

La educación superior sigue volando bajo

En el Perú, las entidades del sistema financiero, las prestadoras de servicios públicos (telecomunicaciones, electricidad, saneamiento) y de infraestructura (aeropuertos y carreteras entregados en concesión), entre muchas otras, reciben más atención que las dedicadas a la enseñanza. Siendo la educación la base del desarrollo, resulta irónico que la regulación sea prácticamente nula o tremendamente ineficaz, y que estén ocurriendo casos que en otros países serían inadmisibles.
¿Puede un juzgado autorizar el funcionamiento de un banco cuando la SBS se la ha denegado? Pues parece que no. Pero eso sí sucede con las universidades, pese a que existe el Consejo Nacional para la Autorización de Funcionamiento de Universidades (Conafu), una entidad adscrita a la Asamblea Nacional de Rectores (ANR), que es la encargada de velar por la educación superior universitaria del país.
Volviendo al ejemplo del sistema financiero, la SBS no está conformada por los gerentes generales de los bancos, compañías de seguros o de las AFP. Puesto que la regulación de un sector tan importante debe estar a cargo de una agencia autónoma, lo mismo podría exigirse para el caso de la educación superior. Es ineficiente actuar como juez y parte, porque el riesgo de hacer la vista gorda ante actitudes que van en contra de la calidad de la enseñanza es latente.
Por ejemplo, en un programa concurso de televisión, una universidad privada ha estado otorgando becas integrales de estudio para seguir alguna de las carreras que ofrece. Lo curioso es que la competencia no es sobre conocimientos o aptitudes académicas, sino sobre talento para el canto y el baile. Es más, las becas se entregaban a los concursantes que eran eliminados. Si la ANR no ha notado esta aparente transgresión a los principios de excelencia y calidad que deben seguir sus asociadas, entonces no está cumpliendo su papel.
Consideramos que la solución idónea es crear una entidad autónoma que se encargue de autorizar el funcionamiento de universidades, que evalúe, acredite y publique rankings a nivel nacional (como se hace en otros países), y que asegure que los jóvenes que deseen seguir una carrera, sepan que estarán convenientemente preparados para ingresar al mercado laboral.

Editorial del dia de hoy del diario Gestión

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