martes, 31 de marzo de 2015

Universidad Complutense: la imparable decadencia de una institución histórica

La elevada deuda, una mala gestión y la politización afectan más que nunca a los brillantes alumnos e investigadores con los que cuenta el centro, cuyo prestigio comienza a estar en entredicho

No es esta la primera vez que se habla del ocaso de la Universidad Complutense (UCM). Su ingente deuda —76,8 millones de euros—, ligada a una gestión más que cuestionada por el personal universitario y a las inmensas dimensiones de sus instalaciones llevan ya tiempo mermando el prestigio de una insitución que vive su peor momento en varios siglos de historia. De hecho, hace ya tiempo que las apariciones de la UCM en los medios de comunicación se deben más a sus errores que a sus aciertos: politización, sectarismo y deterioro son solo algunos de los males que han convertido a la otrora prestigiosa universidad pública en un enfermo crónico al que no se le encuentra remedio.
Sin embargo, ni el deterioro de las instalaciones ni la falta de recursos materiales son hoy los mayores problemas de la UCM. La investigación, uno de los tesoros más preciados para cualquier país que se crea en la senda del progreso, está en serio riesgo en la Complutense, que a día de hoy no se ve con capacidad para destinar fondos a esta importante causa. Este diario ha entrevistado a todos los candidatos que este año se disputarán el rectorado de la Universidad, dirigida ahora por José Carrillo. Rafael Calduch, catedrático de Relaciones Internacionales en la Facultad de Ciencias de la Información y uno de los que pugnará por el puesto, no duda en asegurar a ABC que la actividad investigadora en la UCM es hoy«prácticamente inviable».
Para el catedrático, de hecho, los problemas son anteriores a los recortes que han vivido el conjunto de las universidades públicas madrileñas. «Los recursos, aunque hayan disminuido en los últimos tiempos, no se han gestionado como debían y Carrillo no ha buscado apoyos financieros para sacar adelante la Universidad en los malos tiempos».Los alumnos también tienen sus quejas: prácticas en grupos más numerosos, tasas cada vez más elevadas e instalaciones cerradas son solo algunos de los fallos del sistema que los estudiantes no alcanzan a entender. «Hasta hemos tenido que comprar nuestros guantes de látex para algunas prácticas en laboratorio», se quejaba a ABC un estudiante de Biología.

La investigación se muere

Para defender la investigación en la Universidad Complutense nació en 2012 la Plataforma de Investigadores de la UCM, una iniciativa totalmente independiente y puesta en marcha por un grupo de profesores en defensa de esta importante actividad. Jesús Pérez Gil, catedrático de Bioquímica y Biología Molecular, recalca a ABC que la competitividad de los investigadores de la UCM está por encima de la media, lo que en su opinión ha ayudado a paliar muchos de los problemas derivados de la falta de recursos. El sentir del grupo, no obstante, es de desánimo y decepción con un equipo directivo que, dicen, no apoya ni entiende la importancia de la investigación. «Nos vemos cada vez más solos», apuntan.
Del mismo modo, la catedrática de Lingüística Inglesa Julia Lavid López, miembro también de la plataforma, considera «que no se premia la investigación» y que, además, «esta actividad se valora poco en comparación con otras Universidades de nuestro entorno». A esto se suma, dice el colectivo, el inevitable envejecimiento de la plantilla y que a la larga provocará que «la UCM pierda el alto potencial investigador que ahora demuestra». «Hay investigadores buenísimos que han desarrollado su trabajo fuera de España y que podrían regresar para aportarnos sus conocimientos, pero la Universidad no está por la labor», asegura Pérez Gil. Si la situación se perpetúa, dicen los miembros de la plataforma, se generará una pérdida imposible de reponer. «Lo que estamos perdiendo es de un valor incalculable».
Fuente: http://www.abc.es/

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